Una aclaratoria sobre el término “hinduismo”
Una aclaratoria sobre el término “hinduismo”
Desde las primeras traducciones europeas de los textos sánscritos, y la posterior proliferación del orientalismo y la atracción por las corrientes filosóficas de la India en la década de 1960, ha habido mucha confusión en Occidente respecto en torno al “hinduismo” y lo que realmente significa este término, así como respecto a los habitantes de la India, que erróneamente son designados como “hindúes” y no como indios, el apropiado gentilicio que les corresponde, tal como se llaman venezolanos los nativos de Venezuela, o europeos a quienes nacen en Europa, no obstante su múltiple diversidad.
Se suele llamar ‘hindú” al que profesa el también así mal llamado “hinduismo”, en lugar del que sigue la tradición védica, lo cual es más correcto, como se ha explicado al examinar el significado de esta tradición milenaria de la antigua India. La India tiene habitantes nativos que profesan diversas creencias religiosas: jainas, sikhs, vaisnavas, jñanis, yoguis, budistas, cristianos, parsis, judíos, etcétera. Aunque todos son indios, no pueden ser llamados “hindúes.” La confusión proviene de las especulaciones occidentales sobre la historia de la India y sus primeros pobladores, que se diseminaron en la tierra comprendida entre los ríos Ganges y Sindhu (el Indus actual).
“Hindu”(o “hindú”, con acento), es un término moderno que proviene del sánscrito sindhu, que designó al río Indus, al convertirse la “s” inicial de la palabra sánscrita en una “h” aspirada en su expresión fonética, para luego perderse en su forma transliterada escrita. La región del Indus o del Sindh, designó posteriormente a toda la India (en persa Hind) en la lengua actual (el hindi o industani), región también llamada Hindustán e Indostaní sus habitantes. La palabra “hindú” (con acento en nuestra lengua) se ha generalizado para designar a la etnia, el país, la cultura, la lengua, y las costumbres de la India. Ainslee T. Embree, explica esta generalizada confusión en su libro The Hindu Tradition:
“Desde la antigüedad, el asentamiento físico de esa tierra es conocida como India en el mundo occidental; una palabra tomada de los griegos y que procedía de los Persas, quienes, debido a la dificultad que tenían con la inicial ‘s’, llamaron el ‘Hindu’ al gran río Sindhu (el moderno Indus). Esta palabra fue aplicada y usada por los extranjeros para designar a la religión y la cultura de las personas que vivían en la tierra bañada por los dos ríos, el Indus y el Ganges, aunque esas mismas personas no usaran el término.” (The Hindu Tradition, A.T. Embree, Vintage, New York, 1972)
Los diccionarios y los libros sobre la filosofía y la cultura de la India, llegan incluso a definir a Vishnu como “el dios hindú”, a pesar de que ninguna autoridad védica usa la palabra “hindu”. Estas y otras interpretaciones no concuerdan con la genuina tradición védica, pero han proliferado en el contexto occidental e incluso en la misma India.
El reciente “fundamentalismo hindú” de la India también es una contradicción de términos, porque sus fundamentos no son definidos, y este movimiento insurgente constituye más bien un esfuerzo por fraguar una cultural nacional singular de ese país, sobre las bases religiosas de diversas creencias que han convivido tradicionalmente.
Sobre la tradición
Siendo parte de una tradición viviente, el conocimiento y la difusión apropiada de la literatura védica puede significar un gran aporte espiritual, una poderosa antorcha para iluminar la oscuridad del mundo moderno.
Mi extenso libro todavía inédito, La Literatura Védica: Tradición y Trascendencia, el cual terminé en India durante el último trimestre del 2006, con una beca especialmente concedida por el Indian Council of Cultural Relations (ICCR), aspira contribuir a llenar un vacío en los estudios indológicos en el ámbito académico hispanoamericano. Como miembro del Bhaktivedanta Institute, he difundido esta y otras temáticas relacionadas con los estudios clásicos de la literatura y la filosofía de la India en diversos foros y congresos internacionales. Espero que este trabajo específico contribuya a la comprensión apropiada de la tradición védica y su relevante trascendencia, aportando un mejor entendimiento de esta significativa temática, no sólo para la justa apreciación del extenso corpus literario de la India, sino también para reconocer su profundo patrimonio espiritual.
Como bien lo ha expresado el Dr. Thomas J. Hopkins, del Departamento de Estudios Religiosos del Franklin and Marshall Collegue, en su prólogo al libro Readings in Vedic Literature—The Traditon Speaks for Itself, “La verdad y el impulso para la disciplina espiritual de los Vedas, se mantienen únicamente donde ellas son transformadas por el poder vital de la devoción al [único] Dios de carácter personal [la Suprema Personalidad de Dios, Sri Krishna].” En su prólogo el profesor americano también expresa lo siguiente:
“Existe un problema inherente de comunicación al tratar de difundir este punto de vista en el idioma no familiar del lenguaje teológico Sánscrito, pero la posición no es desconocido o poco familiar en el Occidente; de hecho, uno puede verdaderamente argumentar que la vitalidad de las tradiciones religiosas occidentales no han dependido menos de una continua renovación de la vieja autoridad, sobre la base de nuevas penetraciones o esclarecimientos espirituales. Todas las iglesias cristianas aceptan continuamente la revelación en una u otra forma, y los santos, reformadores, papas, teólogos, evangelizadores y sanadores carismáticos, proclaman y abogan todos por un nuevo entendimiento de la verdad inmutable de las Escrituras, a través del poder del Espíritu Santo. Los comentarios talmúdicos, las interpretaciones de los rabinos, los movimientos reformistas y el misticismo hasídico, han dado similarmente nueva vida y significado al antiguo Torah [en la tradición judía].
Una tradición religiosa sin santos y místicos, sin nuevas revelaciones, sin experiencia de la Santidad [y la verdadera revelación], la cual da nuevo significado a las antiguas enseñanzas—tal como una tradición, no importa de que parte del mundo sea—está espiritualmente muerta”.
Sobre la base de este espíritu de esclarecimiento y difusión apropiada, los estudios sobre la literatura védica deben contribuir a que el espíritu genuinamente santo de su tradición, sea preservado y comunicado a la condición humana, para beneficio de todas las generaciones posteriores.
En la línea de la tradición Gaudiya Vaisnava, mi trabajo aspira aportar sustentaciones científicas que permitan apreciar en su justa magnitud la importancia de la trascendencia del conocimiento védico, bajo la luz de sus propios textos, apartando las interpretaciones empíricas o especulativas de la erudición occidental, que carecen mayormente del fundamento auténtico y del verdadero espíritu del sruti, la tradición védica revelada por los grandes sabios de la antigua India.
________OM TAT SAT
No hay comentarios:
Publicar un comentario