Reflexiones sobre la belleza y la naturaleza
Reflexiones sobre la belleza y la naturaleza
La belleza entraña sus misterios.
Algunos piensadn que la belleza es el equilibro entre el orden y el caos, entre la armonia y el desconcierto (disonancia).
Detrás de muchas formas bellas de la naturaleza pude subyacer una ecuación.
La Matemática de la Música es la relación entre los números y el sonido vibratorio. Eso también implica una belleza de las ciencias fácticas, como expresión del conocimiento humano.
Belleza: ¿es perfección o simetría?
La ciencia no puede definir la belleza. El arte la crea. Y el amor la transforma.
¿Quién determina los patrones de la belleza, aquello que es hermoso y lo que no lo es?
La belleza no es una propiedad obejtiva del universo, sino algo más; el proceso de percepción sensible que tiene el alma.
Hay criterios subjetivos y objetivos de belleza. ¿Acaso todo está en los ojos del espectador y su mecanismo de percepción estético-psicológico?
La conciencia del hombre al tratar de entender el mundo y comprenderse a sí mismo, es lo que determina que el observador perciba diferentes patrones de belleza. De allí los diversos criterios estéticos.
Quizá no se pueda o se sepa definir bien qué es la belleza, pero si sabemos lo que nos gusta. Tal vez sea la suma de todas las maravillas que nos conmueven. Quien sabe, yo no lo sé, y tampoco han declarado saberlo muchos artistas creadores de belleza.
Para algunos la belleza absoluta se encuentra en Dios, la Realidad Suprema, y para otros en las cosas mundanas, que producen complacencia sensorial. La belleza absoluta es de naturaleza espiritual. En esto concuerdan los grandes santos, la tradición sagrada de la India y la visión trascendental del conocimiento vedántico.
Patrones fractales = auto-similitud. Una belleza virtual, que no es como una flor, como el aroma de un jazmin ofrecido a los pies de loto de Radha-Madhava.
¿Podrá ser belleza y armonía el orden escondido en el caos? Toda auto-organización implica vida. Por ello, la creación del universo encierra también una gran belleza y una matemática exacta de las proporciones y la variedad de la Naturaleza, fuente de toda belleza.
La belleza de la vida proviene de la vida misma, la belleza del ser y del saber ser.
¿Cómo puede explicarse la belleza de una rosa, de un níveo y elegante cisne sobre las aguas, de una espléndida joya, o de una hermosa composición musical?
¿Cómo entender sino apreciar la belleza del mundo submarino, de la compleja estructura celular, de las hermosas flores, las frutas, los paisajes espectacules de la naturaleza, las increibles constructiones arquitectónicas, la melodía sagrada del Sama Veda, el despliegue de la cola multicolor de un pavo real anunciando el monzón con su frenética danza, o un hermoso paisaje del atarceder en una playa donde el Sol anaranjado está a punto de esconderse tras el horizonte infinito?
¿Cómo puede explicarse la belleza de una rosa o de una hermosa composición musical?
Sólo con el cálido sentimiento emocionado y con la devoción impoluta (bhava-bhakti) puede apreciarse toda belleza, no con la razón fría.
Y finalmente, la suprema belleza está en el todo atractivo Syamasundara Govinda Deva. Ella irradia de su cuerpo trascendental sat-chit-ananda, de donde emanan también la suprema fuerza, riqueza, fama, opulencia, sabiduría, y renunciación. Lashmi devi, la diosa de la belleza (shri) y la fortuna, es una de Sus energías trascendentales.
La belleza mundana, efímera y frívola en la mayoría de los casos, no interesa a los trascendentalistas cuya aspira morar eternamente en Vraja. A ese tipo de artistas espirituales tampoco les interesa la belleza que definen los diccionarios ni la estética que surge de la percepción sensorial condicionada.
Quien ha probado la belleza del Supremo Señor Sri Krishna en el transcurso de su avance espiritual, pierde el gusto por las cosas materiales muertas.
Sri Govinda, es tan bellamente atractivo que Su belleza supera la de miles de Cupidos.
En la decimotercera, el Señor Supremo atrajo a los ateos mediante la encantadora belleza de una mujer (mohinya mohayan striya), y les dio de beber néctar a los semidioses (Bhagavatam 1.3.17).
La apreciación de la belleza depende del nivel de conciencia de la jiva. Los cuervos y los cisnes no son pájaros del mismo plumaje. Srila Prabhupada comenta en el Bhagavatam(1.5.10): “Los cuervos sienten placer en un lugar donde se arroja basura, tal como los apasionados trabajadores fruitivos encuentran placer en el vino, las mujeres y los sitios destinados a la complacencia burda de los sentidos.
Los cisnes no encuentran placer en los lugares en que los cuervos se reúnen para sus conferencias y asambleas. Por el contrario, a los cisnes se les ve en la atmósfera de belleza escénica natural, en que hay transparentes estanques de agua, hermosamente decorados con tallos de flores de loto de una variedad de colores de belleza natural. Ésa es la diferencia entre las dos clases de aves”.
Quienes estan subyugados y enamoradas de la belleza externa de maya y el disfrute sensorial, no entienden que la cúspide de la perfección o la autorrealización, depende de Visnu. El disfrute de los sentidos es transitorio y desolador, pero el disfrute de la belleza absoluta que se encuentra en la dulzura absoluta de Govinda, es permanente y eterna.
La belleza del cuerpo femenino es algo ilusorio. Y la atracción por el sexo opuesto surge por el deseo del disfrute sensorial. En el comentario del Bhagavatam (1.10.16), Srila Prabhupada expresa lo siguiente: “La belleza material de una mujer es una ilusión, porque, a decir verdad, el cuerpo está hecho de tierra, agua, fuego, aire, etcétera. Pero, como la chispa viviente se asocia con la materia, ésta parece ser hermosa. A nadie lo atrae una muñeca de barro, aunque esté hecha de la manera más perfecta para atraer la atención de los demás.
El cuerpo muerto no tiene belleza alguna, ya que nadie aceptaría el cadáver de una supuesta mujer hermosa. Por lo tanto, se concluye que la chispa espiritual es hermosa, y en virtud de la belleza del alma a uno lo atrae la belleza del cuerpo externo. La sabiduría védica nos prohibe, pues, dejarnos atraer por la belleza falsa”.
En su comentario al Bhagavatam (1.11.36), Srila Prabhupada aclara la posición trascendental de Krishna como el supremo atmarama:
“Al Señor Siva, a quien se le considera de lo más tolerante, también lo hirió la flecha de Cupido, porque él también se volvió loco por la encarnación Mohini del Señor y admitió su derrota. Al propio Cupido, sin embargo, lo cautivaron los graves y apasionantes tratos de la diosa de la fortuna, y él abandonó voluntariamente su arco y sus flechas, con un espíritu de frustración. Tal era la belleza y la atracción de las reinas del Señor Krishna. Empero, ellas no pudieron perturbar los trascendentales sentidos del Señor. Esto se debe a que el Señor es €tm€r€ma totalmente perfecto, o sea autosuficiente. Él no requiere de la ayuda externa de nadie para Su satisfacción personal. Por lo tanto, las reinas no pudieron satisfacer al Señor con su atractivo femenino, pero lo satisficieron con su sincero afecto y servicio. Únicamente mediante el trascendental servicio amoroso pudieron ellas satisfacer al Señor, y Él sintió el agrado de tratarlas como esposas, correspondiendo con ellas de esa manera. Así pues, satisfecho sólo por el servicio puro que ellas le prestaban, el Señor correspondió con dicho servicio tal como un esposo dedicado. De no ser por eso, Él no tenía por qué convertirse en el esposo de tantas mujeres”.
Finalmente, debo concluir estas ocasionales reflexiones diciendo lo siguiente: El rostro del Señor Sri Krishna, fuente de toda hermosura, es la personificación de la belleza, y Srimati Radharani, la manifestación de su potencia placentera interna es la incomparable belleza que atrae a la belleza suprema.
Por favor, vean las bellas imágenes que acompañan a esta nota.
Proseguirá…
___________OM TAT SAT
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