(Del libro Un gusto superior, basado en las enseñanzas de Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Acarya-fundador de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krisna. Título del original: A Higher Taste)
“Estoy convencido de que en el progreso espiritual se llega a un momento en el que se tiene que dejar de matar a otras criaturas por la simple satisfacción de un impulso del cuerpo”. Mahatma Gandhi
“Muchísimas crías de estos animales serán separadas de sus padres, degolladas y descuartizadas del modo más bárbaro”. “Quien no respeta la vida, no la merece”. Leonardo da Vinci
“El principal interrogante en relación con las dietas vegetarianas ha sido, hasta no hace mucho, si suprimir la carne y demás alimentos de origen animal podía ser bueno para la salud. Hoy, en cambio, la pregunta es si ser vegetariano es más sano que no serlo. En ambos casos, la respuesta, basada en datos claramente demostrados, sólo puede ser afirmativa”. Jane E. Brody, New York Times
La alimentación en la conciencia de Krishna: más allá del vegetarianismo
Por razones que van desde la higiene y la economía a la ética y la religión, millones de personas en todo el mundo han decidido cambiar su alimentación para seguir una dieta vegetariana.
El libro de donde se han entresacado estos fragmentos le explicará de forma clara las múltiples razones por las que se abandona el hábito de comer carne. Además, Un gusto superior, contiene numerosas recetas vegetarianas que le permitirán ir más allá del simple placer de la comida común y corriente para entrar en un nuevo mundo de exquisitas delicias.
El modo de preparar una comida vegetariana, libre de reacciones kármicas, es una parte muy importante del elevado sistema de yoga y meditación que se explica en los antiquísimos textos védicos de la India. En la Bhagavad-gita (9.26), el Señor Krishna, declara: “Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré”. Quien prepara alimentos vegetarianos puros y naturales y, a continuación, los ofrece al Señor Supremo, siente inmediatamente en el corazón un placer espiritual sublime.
Los Vedas explican que el Señor Supremo es la fuente de todo placer y que deseoso de aumentar Su propio placer, Se expande, en virtud de Su energía, en innumerables millones de seres vivos, todos los cuales están destinados a compartir Su gozo. Todos nosotros somos partes de esa eterna potencia de placer, y podemos experimentar un gran placer trascendental por el simple hecho de cocinar para satisfacer a Dios. Usted podrá sentir fácilmente esa experiencia al probar los alimentos que haya ofrecido a Dios.
Como explicó en una ocasión el ex-Beatle George Harrison: “Cuando sabes que algo ha sido cocinado a desgana, esa comida no tiene un sabor tan bueno como la que se ha cocinado para complacer a Dios, con idea de ofrecérsela. Porque esa devoción hace los alimentos mucho más sabrosos”. Y es precisamente eso lo que definimos como “un gusto superior”.
Aunque Un gusto superior explica ampliamente la filosofía que da origen al vegetarianismo espiritual, su lectura también ayuda cómo encontrar el estado de conciencia idóneo para cocinar, lo cual es muy importante en la preparacón de los alimentos.
El tercer capítulo presenta los fundamentos éticos del vegetarianismo, con citas de grandes pensadores, filósofos y líderes religiosos que lo han defendido en sus obras. Entre ellos están Pitágoras, Platón, Leonardo da Vinci, Rousseau, Benjamin Franklin, Shelley, Tolstoi, Thoreau y Gandhi. Expone también el principio de la no violencia, tal como viene formulado en las enseñanzas de las religiones cristiana, judaica, budista e hinduista.
Los fragmentos aquí presentados “Vegetarianismo y religión” y “La filosofía de la India y el principio de no violencia”, se encuentran al final del tercer capítulo. El tercer fragmento “Ahorrar con una dieta vegetariana”, está al final del capítulo dos. Por su destacada importancia se han elegido para transcribirlos en esta nota, juntos con los previos párrafos tomados de la introducción. Sugerimos que los lectores busquen este libro para que prosigan su interés en la filosofía del vegetarianismo y encuentren la forma de preparar fácilmente un cúmulo de rápidas y deliciosas recetas vegetarianas.
_______Visuddha-sattva dasa
Vegetarianismo y religión
Casi todas las religiones han predicado el abstenerse de carne, comenzando por los sacerdotes egipcios, que seguían una dieta vegetariana para poder mantener el voto de castidad. Rechazaban también los huevos, que consideraban “carne líquida”.
Si bien el Viejo Testamento, que es la base del Judaísmo, hace algunas referencias al consumo de carne, aclara también que la situación ideal es el vegetarianismo. En el Génesis (1.29), Dios dice: “He aquí que te he dado toda hierba con su semilla, y todos los árboles que pueblan la Tierra, con su fruto, que contiene la semilla de todo árbol, para que te sirvan de alimento”. Al comienzo de la creación, según la Biblia, parece que ni siquiera los animales se alimentaban de carne. En el Génesis (1.30), Dios dice: “Y a todos los animales de la Tierra, a todos los pájaros del cielo, a todos los seres que se arrastran por el suelo, allí donde exista una forma de vida, a todos ellos Yo les he dado toda clase de hierbas para alimentarse; y así sea”. También en el Génesis (9.4), Dios prohibe directamente la carne: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comerás. Y sabe cierto que reclamaré la sangre de tu vida, y la reclamaré por mano de todo animal”.
En los últimos libros de la Biblia, también los profetas condenan el consumo de carne. Isaías (1.5) afirma: “Dijo el Señor: Me habéis sacrificado gran número de ovejas y de bueyes, pero a Mí no Me complace la sangre de las vacas, de los corderos y de las cabras; cuando alzáis las manos, Yo aparto los ojos de vosotros, y cuando oráis no os escucho, porque vuestras manos están manchadas de sangre”. Según Isaías (66.3), matar vacas es un pecado particularmente grave: “Aquel que mata a un buey peca como el que mata a un hombre”.
La Biblia presenta también la historia de Daniel, quien, prisionero en Babilonia, se negó a comer la carne que le ofrecían los carceleros, y prefirió alimentarse de sencilla comida vegetariana.
Muchos cristianos se dejan confundir por algunos pasajes del Nuevo Testamento en que se dice que Jesucristo comió carne. Pero estudios detallados de los antiguos manuscritos griegos han revelado que las palabras traducidas como “carne” son trophe y brome, que solamente significan “alimento” o “el acto de comer” en sentido amplio. Por ejemplo, en el Evangelio de San Lucas (8.55), se lee que Jesús resucitó a una mujer y “ordenó que le diesen “carne”“. La palabra griega original, traducida como “carne”, es phago, que significa solamente “comida”. Por lo tanto, lo que Jesucristo dijo realmente es: “Dadle de comer”. La palabra “carne” en griego es kreas, y nunca se utiliza en relación con Jesucristo. En el Nuevo Testamento no se dice en ningún momento que Jesús hubiera comido carne. Esto, por lo demás, coincide con la famosa profecía de Isaías acerca del advenimiento de Jesús: “Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y su nombre será Emmanuel. Comerá mantequilla y miel, porque sabrá rechazar el mal y elegir el bien”.
Clemente de Alejandría, uno de los padres de la Iglesia, recomendaba una dieta sin carne, citando el ejemplo del apóstol Mateo que “se alimentaba de semillas, frutos secos y vegetales, sin carne”. San Jerónimo, otro de los padres de la antigua iglesia cristiana, que describió la versión latina autorizada de la Biblia que todavía hoy se usa, escribió: “Cocinar vegetales, frutas y legumbres es fácil y económico”. San Jerónimo sugería esa dieta a quien quería consagrar su vida a la búsqueda de la sabiduría. San Juan Crisóstomo consideraba el comer carne cruel y antinatural por parte de los cristianos: “Nos comportamos como lobos, como leopardos... peor incluso que ellos; porque la naturaleza ha dispuesto que ellos se alimenten de ese modo, pero nosotros, que hemos recibido de Dios la palabra y el sentido de la justicia, nos hemos vuelto peores que las fieras salvajes”.
San Benito, fundador de la orden benedictina en el año 529 d. de C., estableció para sus monjes una dieta vegetal. También a los trapenses les fue prohibido, desde su fundación en el siglo XVII, el comer carne y huevos. Si bien el Concilio Vaticano II relajó esas normas, en la actualidad todavía son muchos los monjes trapenses que siguen la regla original. Es, sin embargo, bastante sorprendente que en muchos monasterios trapenses se crían animales para enviarlos al matadero como medio de financiación.
También la iglesia adventista recomienda a sus seguidores que sean vegetarianos. Pocos lo saben, pero la enorme industria americana de “productos para el desayuno”, nació en un balneario dirigido por el Dr. John H. Kellogg, que investigaba constantemente nuevos desayunos a base de productos vegetales para los ricos pacientes del balneario. Así preparó los primeros copos de maíz, que, más tarde, distribuyó por todo el país. Con el paso de los años, el Dr. Kellogg fue poco a poco separando sus negocios de la iglesia adventista, y de ese modo fundó la industria que todavía hoy lleva su nombre.
El país con mayor cantidad de vegetarianos en la actualidad es la India, patria del budismo y el hinduismo. El budismo nació como reacción al exterminio de animales que se estaba llevando a cabo con el perverso pretexto de realizar rituales religiosos. Buddha puso fin a esas prácticas y propuso su doctrina de ahiˆs€, es decir, de la no violencia.
La filosofía de la India y el principio de no violencia
Las Escrituras védicas de la India, que se remontan a épocas anteriores al budismo, subrayan la importancia de la no violencia como fundamento ético del vegetarianismo. La Manu-samhita, antiguo código de leyes hindú, establece: “Para obtener la carne, es siempre necesario herir a un ser vivo, lo cual es un grave impedimento para alcanzar la bienaventuranza celestial; por lo tanto, hay que abstenerse de comer carne”. En otro pasaje, la Manu-samhita dice: “Habida cuenta del desagradable origen de la carne y de la crueldad de aprisionar y matar seres vivos, es necesario abstenerse por completo de comer carne”.
En los últimos años, el movimiento Hare Krishna ha propagado por todo el mundo estos principios éticos. Srila Prabhupada, el acharya (maestro espiritual) fundador del movimiento, explicó en cierta ocasión: “En la Manu-samhita se establece el principio de que una vida vale una vida, principio que se sigue prácticamente en todo el mundo. Existen leyes similares que sostienen que incluso quien mata a una simple hormiga es culpable de ello. Puesto que no podemos crear, no tenemos derecho a quitar la vida a ningún ser vivo, y, por lo tanto, las leyes humanas que hacen diferencias entre matar a un hombre y matar a un animal son imperfectas... Según las leyes de Dios, matar a un animal es tan grave como matar a un hombre. Quien hace diferencias entre ambas acciones está inventando sus propias leyes. Incluso en los Diez Mandamientos se prescribe: “No matarás”. Esa ley es perfecta, pero la gente la interpreta de forma equivocada, pensando: “No mataré a ningún hombre, pero puedo matar a los animales”. Quienes así razonan se engañan a sí mismos y crean dolor para ellos y para los demás”.
Llamando la atención sobre el concepto védico de la “unidad de todo lo creado”, Srila Prabhupada concluye: “Todos somos criaturas de Dios, sea cual sea el cuerpo en que vivamos, el traje que vistamos. Dios es el padre supremo de todos. Un padre puede tener muchos hijos, unos inteligentes y otros no, pero si un hijo inteligente dice al padre: “Mi hermano no es muy inteligente, voy a matarlo”, ¿creéis que el padre va a estar de acuerdo? Del mismo modo, si Dios es nuestro padre supremo, ¿por qué iba a consentir que matemos a los animales, que también son hijos Suyos?”.
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Considerando las soluciones al problema global del hambre, que aún cunde en este siglo XXI, el escritor futurista Alvin Toffler, autor de Future Shock y The Third Wave, ha enfocaduna solución positiva al problema mundial de la escasez de alimentos. En su best-seller de 1975, The Eco-spasm Report, pronostica “la aparición repentina en Occidente de un movimiento religioso que prohibe comer carne vacuna, ahorrando así cantidades enormes de toneladas de cereales que, de ese modo, se utilizan para dar de comer al mundo entero”.
Obviamente, se ha demostrado prácticamente que este movimiento es la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, fundado por A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada en 1964 cuando vino de India al mundo occidental para reespiritualizar la condición global de la sociedad humana.
Ahorrar con una dieta vegetariana
Dejemos ahora la situación geo-política mundial y echemos una ojeada a nuestros bolsillos. Hemos visto que, aunque no es un hecho muy divulgado, los cereales, las legumbres y los productos lácteos son una óptima fuente de proteínas de alta calidad. Si hacemos una comparación, vemos que muchos alimentos vegetales son más ricos en esa importante sustancia: 100 gramos de carne pueden contener hasta 20 gramos de proteínas (y es necesario señalar también que el 60% del peso de la carne está constituido por agua), mientras que 100 gramos de queso o de lentejas contienen 25 gramos de proteínas, y 100 gramos de semillas de soja contienen 34 gramos Pese a ello, la carne es más cara.
Una prueba realizada en los supermercados de Los Ángeles en agosto de 1.983 demostró que, mientras un bistec de lomo costaba 7 dólares el kilo. Una porción de 200 gramos de queso fresco, que aporta el 60% del mínimo diario indispensable, costaba 59 centavos. Quiere esto decir que quien se hace vegetariano puede ahorrarse también muchos miles de pesetas al año, cientos de miles a lo largo de su vida. Si los consumidores de los países ricos se hicieran vegetarianos, el ahorro anual alcanzaría cifras astronómicas. Teniendo todo esto en cuenta, no acertamos a comprender qué razones puede tener nadie para no hacerse vegetariano.
Vaisnava dasanudasa
Visuddha-sattva dasa
OM TAT SAT
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