El alma espiritual confundida
Una introducción pertinente
El siguiente artículo corresponde al primer capítulo del libro La Base Científica de la Conciencia de Krishna, del Dr. T.D. Sing (Bhaktivarupa Damodara Swami), el cual fue publicado el pasado año 2010 en español por el BBT de México, con un prólogo y un resumen biográfico actualizado del autor, que escribí presentando la edición española bajo mi supervisión, diseño y montaje, en un tiraje de 5.000 ejemplares.
En una primera nota anterior publiqué el cuarto capítulo de dicha obra, titulado "El conocimiento incompleto y especulativo de la teoría de la evolución de Darwin", al cual remitimos a nuestros lectores. Prosigue aquí esa serie de secciones de carácter científico.
La edición inglesa del libro del Dr. T.D. Singh, fue publicada en 1973 por el BBT y se vendieron un cuarto de millón de copias en varios idiomas. Esta obra breve (72 páginas) era necesario disponer de ella en nuestro idioma para difundir las bases científicas del pensamiento védantico en el mundo académico hispanohablante, como útil soporte literario de la prédica calificada que en el Bhaktivedanta Institute (BI) hemos venido difundiendo desde su creación en 1974.
Además de fundar Iskcon y el BBT, Srila Prabhupada también es el Acharya-Fundador del Bhaktivedanta Institute. El Instituto Bhaktivedanta (cuya misión española dirijo) es un centro de estudios védicos para el desarrollo de los estudios avanzados de la ciencia y la espiritualidad. Fue fundado por A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada en 1974, en Vrindavana, India, siendo designado como Director Internacional el Dr.T.D. Sing (Bhaktisvarupa Damodara Swami), el autor del libro cuyo capítulo se repodruce aquí. El condujo la misión académica del instituto hasta su desaparición física, en Octubre del 2006.
Científico y visionario de la paz, reconocido por sus esfuerzos pioneros en promover la interacción y el diálogo entre la ciencia y la religión, en aras de un mayor entendimiento de la vida en el universo y sus orígenes, el Dr. T.D.Sing fue autor de varios libros, artículos científicos y publicaciones que promovieron el concepto védantico sobre el origen de la vida en el mundo académico internacional, en aras de una síntesis y acercamiento entre la ciencia y la espiritualidad.
Tuve el honor de cooperar con el autor por más de tres décadas en los diversos programas internacionales del BI y lo elegí como mi sannyasi-guru. Lamentablemente, debido a su súbita desaparición, las circunstancias imprevistas del destino no permitieron que eso se consumara y yo pasé también por otros episodios inesperados, porque todo ocurre por el control Supremo. Por ahora, he desistido del intento de entrar en el sannyasi-ashram, que no es únicamente un cambio de ropa ni debe basarse en consideraciones meramente institucionales y/o burocráticos, sino que, de acuerdo al Vaisnava-sastra, la orden de la vida de renuncia significa una transformación profunda del corazón, para dedicarnos plenamente al servicio de Sri Guru-Gauranga en la modalidad de gopi-bhava.
Espero que este valioso fragmento sea de gran utilidad para todos los lectores (devotos y no devotos), que deseen tener una explicación convincentemente clara y sencilla sobre la errónea concepción en la que basa la teoría de Darwin. Rechazando la ilusoria teoría de la evolución de Darwinista, basada en un conocimiento incompleto y especulativo, el paradigma vedántico esgrimido en este contexto, nos demuestra, entre otras reflexiones fundamentales, que la vida proviene de la vida. Desde que fue promulgada la teoría evolucionista hace 150 años, no existen evidencias científicas directas de ninguna gran evolución filogenética.
Como se indicó en la introducción al cuarto capítulo ya reproducido en estas notas, la vida, como sinónimo de conciencia, constituye un principio fundamental e irreducible de la naturaleza. No surge de una combinación aleatoria de substancias químicas ni puede ser reducida a fenómenos físico-químicos A través de ocho amenas e instructivas secciones, el autor dirige la investigación científica hacia las verdades que no pueden ser conocidas a través del microscopio o del telescopio, sino sólo mediante el instrumento de la conciencia purificada — la ciencia espiritual del bhakti-yoga.
De 1970 a 1977, el autor de este libro fue directamente entrenado en la tradición del Vaisnava Vedanta por nuestro maestro espiritual, A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, quien le ordenó que probara la existencia de Dios científicamente y que dirigiera el Bhaktivedanta Institute, con el propósito de trabajar para la unificación de la ciencia y la espiritualidad. El consagró todo su sincero esfuerzo a ello.
Siguiendo en pos de ese ideal espiritual y cumpliendo la orden de nuestro maestro espiritual, Srila Prabhupada, he venido tratando de poyectar dicha misión a través del Instituto Bhaktivedanta, que es el capítulo del BI en el mundo hispanohablante.
En base a los mismos fundamentos y en defensa del genuino legado por el cual fue fundado el Bhaktivedanta Institute, Estuve a cargo de la primera edición española de La Base Científica de la Conciencia de Krishna.
A este esfuerzo de traducción seguirán otros títulos en preparación, que esperamos publicar pronto bajo nuestro sello editorial y logo del Instituto Bhaktivedanta. Me refiero a otros dos trabajos que el mismo autor me pidió publicar en nuestra lengua: La vida y la evolución espiritual, y Ciencia y Espiritualidad: encuentro con siete Premios Nobel.
Sin duda, estos y otros títulos en preparación, serán de gran utilidad para promover la interacción y el armonioso diálogo entre la ciencia y la religión en neustra lengua, en aras de un mayor entendimiento de la vida en el universo y sus orígenes entre los académicos desprejuiciados y no influenciados por las ideas extremadamente materialistas de la ciencia moderna. En este sentido, cabe citar una relevante reflexión del Dr. T.D. Singh, señalando las dos necesarias vertientes de la creatividad humana:
“Los caminos científico y religioso son como dos arroyos de la mente humana creativa. El camino científico intenta explicar la naturaleza de la realidad dentro de la racionalidad, mientras que el camino religioso o espiritual lo hace interiormente y más allá de la racionalidad”.
El armonioso diálogo interactivo entre la ciencia y la espiritualidad, está contribuyendo a develar las más intrincadas preguntas que involucran la comprensión de la realidad cósmica y del individuo. Como se apunta al final del libro, cuya cuarta sección presentamos auspiciosamente aquí, en estas notas de Facebook, es preciso seguir el proceso de aceptar un maestro espiritual genuino para comprender la Verdad Absoluta. El guru o alma autorrealizada, puede impartir conocimiento trascendental basado en las instrucciones autoritativas de las Escrituras Védicas reveladas (sastras).
Como expresa el autor desde el comienzo, nuestro interés primordial es mostrar que la comprensión espiritual de la existencia es todavía tan necesaria como siempre, y que el futuro avance de la ciencia y de la condición humana en general, depende necesariamente de esta comprensión.
A continuación presentamos el primer capítulo del libro, al cual seguirá el segundo en la próxima nota.
Prof. Carlos Rocha G.
___________(Visuddha-sattva das)
El alma espiritual confundida
Los científicos modernos, especialmente los genéticos, han llegado tan lejos que pareciera que el destino del hombre estuviera en sus manos. Ellos proclaman que en el futuro fabricarán seres humanos de acuerdo a la demanda y la necesidad. [1] Esta clase de revolución científica comenzó en 1543 con la publicación de Copπrnico, el astrónomo polaco que promulgó la teoría heliocπntrica (o sea, la premisa de que los planetas giran alrededor del sol). E. E. Snyder, en su libro Historia de las Ciencias Físicas, escribe: “Ya que mediante la ciencia fue posible comprender el mundo natural, mediante la ciencia también fue posible que el hombre fuera capaz de cambiar el mundo por sus propios medios y de ese modo mejorar su naturaleza. La carga del progreso del hombre, recayó entonces en el hombre, no en Dios. Dios creó el universo de tal modo que éste obedece a ciertas leyes naturales. Esas leyes fueron descubiertas por los hombres (los científicos); por lo tanto Dios no fue particularmente necesario excepto en un sentido personal”.[2]
Mi interés es mostrar que Dios es todavía tan necesario como siempre, y que el avance venidero de la ciencia misma depende necesariamente de esta comprensión. Hemos llegado a un punto en nuestras aptitudes tecnológicas en el cual la humanidad, cuya independencia es el pilar del edificio científico, está amenazada por sus propios logros. Abundan los fatalistas, pero ya sea que el final llegue mediante una bomba, por contaminación, por soledad automatizada, o que llegue como fuere, no cabe duda que se está cometiendo un error fundamental al pensar que únicamente la humanidad tiene todas las respuestas.
La Ciencia —o sea, la observación y la hipótesis— es un hecho básico de la mecánica del pensamiento. Lo que está faltando es un propósito y un marco intelectual más amplio dentro del cual pueda manifestarse este ejercicio empírico.
La palabra “revolución” es apropiada para describir la historia de la ciencia. Ha sido más esencialmente una cronología de intentos por derrocar a la autoridad, no sólo de la Iglesia, que quemó a Bruno en la hoguera, sino también la del tipo de pensamiento denominado a priori, deductivo, sumiso o fiel, y a la Persona a quien tal pensador rinde homenaje — Krishna, Dios. No hay razón para documentar aquí el adelanto de esta rebelión embriagante. Lo importante es que una vez que fue iniciada nadie pudo detenerla.
Este libro está dirigido principalmente a nuestros amigos científicos. En vez de centrar la conciencia en torno a máquinas temporales, uno debe transferir su conciencia a Sri Krishna, el científico supremo, sabiendo que El es el centro de todas las actividades. Puede que haya innumerables círculos concπntricos alrededor de un centro común. De manera similar, todos los científicos, filósofos, hombres de negocios, políticos, etc., pueden ocuparse en la conciencia de Krishna, manteniendo a Krishna en el centro de todas sus actividades.
La conciencia de Krishna se define como “nuestra relación eterna con la Suprema Personalidad de Dios; la última meta de la vida, que es retornar a casa, ir de regreso a Dios; y el proceso de regresar al mundo espiritual”[3]. El cero, por si sólo, no tiene valor. Sin embargo, cuando se coloca un uno delante de él, se convierte en diez. De manera similar, todas las actividades carecen de valor a menos que está incluido en esas actividades. De ese modo, podemos comprender que la ciencia de Krishna es la única ciencia verdadera que hay que aprender y practicar.
NOTAS
1. Tom Paskal, “Tampering with the Machinery of God”, Weekend Magazine, Septiembre 18, 1971, p.5.
2. E.E. Snyder, History of the Physical Sciences, Merrill Publishing Co., Columbus, Ohio, 1969, p. 28.
3. A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Teachings of Lord Caitanya, The Bhaktivedanta Book Trust, 1968, New York, Los Angeles, London & Bombay, p. 23.
________Continúa el Capítulo 2 en la próxima nota.
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